La operación en Chinatown provoca detenciones
Algunos condados de Nevada permiten burdeles si tienen licencia legal, pero el condado de Clark, que incluye Las Vegas, no permite burdeles. Una investigación reciente del Departamento de Policía de Las Vegas (LVMPD) descubrió un burdel ilegal donde dos mujeres chinas fueron introducidas de contrabando al país y fueron obligadas a trabajar como prostitutas. Según los medios locales, dos hombres que alquilaban una casa en la zona de Chinatown son sospechosos de dirigir el burdel.
A principios de este mes, la policía arrestó a dos sospechosos: un hombre identificado con las iniciales C.G. y su cómplice, L.S. El tercer detenido, propietario de una casa con las iniciales E.C., alquilaba el inmueble y también estaba bajo investigación.
CE. acusado de facilitar un burdel ilegal e intentar ocultar el producto de transacciones financieras sospechosas. CG está acusado de extorsionar el producto de la prostitución mediante amenazas o violencia, así como de conspiración y participación directa en la trata de personas. Su cómplice L.S. también acusado de organizar un prostíbulo y participar en trata de personas.
Se incautó una gran cantidad de dinero en efectivo y artículos relacionados con la prostitución.
Durante el allanamiento, la policía encontró una gran cantidad de dinero en efectivo. Se encontraron unos 40.000 dólares en el burdel, otros 180.000 dólares fueron incautados de las casas de los sospechosos y 32.000 dólares fueron escondidos en el coche de uno de los hombres.
Los documentos del caso también indican el descubrimiento de numerosos elementos relacionados con la prostitución: condones, lubricantes y registros de las actividades del burdel, incluidos documentos contables.
La investigación comenzó en abril cuando los detectives de LVMPD encontraron un anuncio de prostitución en línea que mostraba a una mujer asiática con poca ropa. Uno de los detectives se puso en contacto con los anunciantes y le dieron la dirección de una casa en Chinatown.
Después de esto, se inició la vigilancia, durante la cual la policía observó que entre 20 y 30 hombres visitaban la casa diariamente y permanecían allí sólo unos minutos. Estas observaciones confirmaron las sospechas y la policía inició un operativo.
Después de que los sospechosos fueron arrestados, la policía entrevistó a las víctimas, dos mujeres chinas que dijeron que habían sido introducidas de contrabando a Estados Unidos a través de México. Les prometieron trabajo en un restaurante, pero al llegar al país las obligaron a prostituirse.