En un movimiento significativo, el Gobierno de Suecia ha presentado una propuesta para aumentar el impuesto sobre el juego en el país, pasando del actual 18% de los ingresos brutos del juego al 22%. Este anuncio ha generado un gran revuelo en la industria del juego, suscitando tanto apoyo como críticas.
La justificación del gobierno para esta decisión se basa en su creencia de que el mercado del juego en Suecia ha alcanzado la estabilidad desde su re-regulación en 2019. Atribuyen esta nueva estabilidad a las destacadas tasas de canalización prevalecientes en el mercado.
Sin embargo, no todos aplauden esta decisión. La Asociación Sueca de Comercio en Línea de Juegos de Azar (BOS), liderada por el Secretario General Gustaf Hoffstedt, ha expresado su profunda decepción. Hoffstedt argumenta que la decisión del gobierno demuestra una falta de comprensión de la industria y podría poner en peligro su futuro.
Los datos recientes revelan que la canalización en el mercado del juego de Suecia se sitúa actualmente en un 77%, con algunos sectores, como los casinos en línea, luchando en un 72%. Estas estadísticas están por debajo del objetivo inicial del gobierno de alcanzar al menos un 90% de canalización.
Hoffstedt enfatiza que si el Riksdag (el parlamento sueco) aprueba el aumento de impuestos propuesto, la industria podría retroceder a las bajas tasas de canalización observadas antes de la re-regulación de 2019.
Insta apasionadamente al gobierno a reconsiderar su decisión, destacando el grave impacto que este aumento de impuestos podría tener en una industria que ya enfrenta importantes desafíos.
El aumento de impuestos propuesto está programado para entrar en vigor el 1 de julio de 2024, momento en el cual la tasa impositiva aumentará del 18% al 22% del saldo para cada período fiscal. El gobierno tiene la intención de presentar esta propuesta al Riksdag para su posterior consideración en la primavera de 2024.